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miércoles, 17 de septiembre de 2014
Descubrimientos de la cultura Opeño
Los descubrimientos en El Opeño, Michoacán, se encuentran entre los hallazgos más importantes de la arqueología mexicana de la primera mitad del siglo XX. Con ellos no sólo se demuestra la antigüedad de la tradición de tumbas en el occidente de México, sino que se revela la presencia de una singular tradición cultural, que posteriormente se extendió por diversas zonas de México, Centro y Sudamérica. La investigación arqueológica mexicana, centralizada en las grandes culturas de la cuenca central de México y el sur de nuestro país, ha impedido que hallazgos como los que se presentan en esta obra ocupen el lugar preponderante que les ha reservado la historia. Una lectura distinta de los restos culturales, como la que aquí se expresa, propone que hubo tres regiones mayores de desarrollo cultural durante el pre clásico la del México central (incluyendo el área olmeca), la zona maya y el occidente de México. En este libro, Arturo Oliveros discute la presencia de un complejo funerario (fechado hacia el año 1500 a. C.) y su papel como el iniciador de la gran tradición funeraria de tumbas en el occidente de México. Hacedores de tumbas en El Opeño abre una nueva y emocionante puerta hacia el pasado mesoamericano con la particularidad de ser un texto fundamental para los especialistas y atractivo para el público en general.
Les dejamos algunas figuras que representan este complejo:
cultura de el opeño
El Occidente de Mesoamérica estuvo formado por los actuales estados de Guerrero, Michoacán, Nayarit, Colima, Jalisco, partes de Guanajuato y el sur de Sinaloa. Fue la subárea cultural que menor cohesión presentó. Durante el periodo Clásico fue importante la tradición cultural de las Tumbas de Tiro, propia de Colima, Nayarit y Jalisco. Las Tumbas de Tiro fueron recintos funerarios, excavados en el tepetate con una o más cámaras a las cuales se accedía por un tiro cilíndrico que podía tener una profundidad de 2 hasta 16 m y un diámetro que podía alcanzar los dos metros. En ellas fueron depositadas ricas ofrendas de objetos de barro. La calidad de las piezas cerámicas ha llevado a las Tumbas de Tiro a convertirse en objeto sistemático del saqueo.
El recorrido inicia con los ejemplos más tempranos de cerámica, como aquellos de estilo Capacha y El Opeño. Luego, divididas en distintas temáticas: vida cotidiana, fauna, flora, indumentaria entre otras, son expuestas figuras, vasijas y otros objetos procedentes de Colima, Jalisco y Nayarit. Los artesanos de esta región alcanzaron gran detalle en sus obras, las representaciones de animales, plantas y frutos son totalmente naturalistas. De la región de Nayarit destacan las maquetas de casas que muestran las actividades cotidianas de la población. Se cuenta con una sección dedicada a la cultura Chupícuaro de la región del Bajío.
El Opeño,
Jacona, Michoacán
En El Opeño se localizó una peculiar versión de cementerio, cuyos diseños originales constituyen una arquitectura funeraria tan distintiva como antigua, pues ha sido posible fecharla hacia 1500 a 1200 a.C. Asimismo, las ofrendas que acompañaban los entierros han aportado significativa información para la arqueología local y regional, tanto por su presencia y temporalidad como por las características culturales, decorativas y técnicas.
Estas figuras –por desgracia muy fragmentadas– se distinguen por sus rasgos delicados, en particular los ojos rasgados y su decoración corporal. Se modelaron en un barro claro muy fino. Se localizaron en una sola de las tumbas de El Opeño.
Fotos: Oliver Santana / Raíces
Con el nombre de El Opeño se designó hace 40 años a un sitio arqueológico ubicado al sur del municipio de Jacona, Michoacán. Su importancia cultural y principal atractivo provienen de la existencia de tumbas ahuecadas en el subsuelo de toba volcánica (achieri, tepetate), notable por su remota antigüedad y por sus contenidos.
ARQUEOLOGÍA FUNERARIA
El Occidente de México es de las regiones culturales menos conocidas y sobre la que predominan opiniones encontradas. Es por supuesto un área no muy explorada, si bien cuenta con diversos estudios, ya que ofrece abundante información cultural, cuantiosos ejemplos de un pasado y un presente activos y sugerentes, la mayoría relacionados con otras partes del país e inclusive con territorios sudamericanos. Lo mismo ha sucedido con el o los lenguajes que se han utilizado aquí, aunque también con sus repercusiones. De esta manera, en Occidente abundan ejemplos culturales de presencias ajenas. No por nada es un área natural cuya diversidad –los valles, las montañosas tierras altas, las zonas lacustres, la tierra caliente o la costa– ha contribuido a las contradicciones que la caracterizan.
Referirse únicamente a una de las partes de este escenario nativo, histórico y cultural permite describir una sola de las costumbres que distinguió a un determinado periodo.
En este caso se trata de una peculiar versión de cementerio, cuyos diseños originales constituyen una arquitectura funeraria tan distintiva como antigua, pues ha sido posible fecharla hacia 1500 a 1200 a.C. Aunque se dice fácil, implica mucha investigación para entender la ideología en torno a lo que podemos llamar: el espacio de la muerte.
La forma de esas obras en apariencia sencillas ha permitido reconocer un área bien definida como unidad de protección y control de sus difuntos. En primer lugar todas se orientaron hacia el mismo rumbo: el poniente, donde el Sol se oculta: “muere”. Del mismo modo, se colocaron una al lado de la otra, aunque con proporciones diferentes. Los accesos son verdaderos pasillos integrados con escalones, tallados en el mismo tipo de subsuelo. Por esta escalinata se llega hasta un vestíbulo limitado por un frente en el cual se cavó una puerta. Ésta era tapiada con grandes lajas de piedra después de cada inhumación, ya que abundan huellas de que fueron reutilizadas. El interior estaba limitado en sus costados por dos banquetas donde eran depositados los cadáveres.
Jacona, Michoacán
En El Opeño se localizó una peculiar versión de cementerio, cuyos diseños originales constituyen una arquitectura funeraria tan distintiva como antigua, pues ha sido posible fecharla hacia 1500 a 1200 a.C. Asimismo, las ofrendas que acompañaban los entierros han aportado significativa información para la arqueología local y regional, tanto por su presencia y temporalidad como por las características culturales, decorativas y técnicas.
Estas figuras –por desgracia muy fragmentadas– se distinguen por sus rasgos delicados, en particular los ojos rasgados y su decoración corporal. Se modelaron en un barro claro muy fino. Se localizaron en una sola de las tumbas de El Opeño.
Fotos: Oliver Santana / Raíces
Con el nombre de El Opeño se designó hace 40 años a un sitio arqueológico ubicado al sur del municipio de Jacona, Michoacán. Su importancia cultural y principal atractivo provienen de la existencia de tumbas ahuecadas en el subsuelo de toba volcánica (achieri, tepetate), notable por su remota antigüedad y por sus contenidos.
ARQUEOLOGÍA FUNERARIA
El Occidente de México es de las regiones culturales menos conocidas y sobre la que predominan opiniones encontradas. Es por supuesto un área no muy explorada, si bien cuenta con diversos estudios, ya que ofrece abundante información cultural, cuantiosos ejemplos de un pasado y un presente activos y sugerentes, la mayoría relacionados con otras partes del país e inclusive con territorios sudamericanos. Lo mismo ha sucedido con el o los lenguajes que se han utilizado aquí, aunque también con sus repercusiones. De esta manera, en Occidente abundan ejemplos culturales de presencias ajenas. No por nada es un área natural cuya diversidad –los valles, las montañosas tierras altas, las zonas lacustres, la tierra caliente o la costa– ha contribuido a las contradicciones que la caracterizan.
Referirse únicamente a una de las partes de este escenario nativo, histórico y cultural permite describir una sola de las costumbres que distinguió a un determinado periodo.
En este caso se trata de una peculiar versión de cementerio, cuyos diseños originales constituyen una arquitectura funeraria tan distintiva como antigua, pues ha sido posible fecharla hacia 1500 a 1200 a.C. Aunque se dice fácil, implica mucha investigación para entender la ideología en torno a lo que podemos llamar: el espacio de la muerte.
La forma de esas obras en apariencia sencillas ha permitido reconocer un área bien definida como unidad de protección y control de sus difuntos. En primer lugar todas se orientaron hacia el mismo rumbo: el poniente, donde el Sol se oculta: “muere”. Del mismo modo, se colocaron una al lado de la otra, aunque con proporciones diferentes. Los accesos son verdaderos pasillos integrados con escalones, tallados en el mismo tipo de subsuelo. Por esta escalinata se llega hasta un vestíbulo limitado por un frente en el cual se cavó una puerta. Ésta era tapiada con grandes lajas de piedra después de cada inhumación, ya que abundan huellas de que fueron reutilizadas. El interior estaba limitado en sus costados por dos banquetas donde eran depositados los cadáveres.
el opeño
El Opeño (1500-100 a.C.), característico por un cementerio integrado por tumbas ahuecadas en el subsuelo de tepetate, con bóvedas, arcos y accesos escalonados. Fueron recintos que se utilizaron para inhumar a los miembros de esa comunidad, con rangos distintos.
Otros elementos rescatados de estas ofrendas son la cuentas de jadeíta, las conchas marinas, madre perla y caracoles, que denotan la importancia que tenia el mar entre aquellas personas.
Se localiza en Jacona ,enclavado en el Valle de Zamora
Se localiza en Jacona ,enclavado en el Valle de Zamora
martes, 16 de septiembre de 2014
datos curiosos y importantes
*El Opeño puede ser considerado como el antecedente más antiguo de la tradición de las Tumbas de Tiro.
*El material de el Opeño se relaciona con los Olmecas, pues en el se encuentran estatuillas de figuras femeninas.
*La cerámica de este sitio consiste en cuencos sencillos y ollas pequeñas decoradas con pastillaje. Lo que mas fabricaban eran figurillas y vasijas funerarias.
*Muchas culturas que se establecieron tiempo después a la del Opeño tomaron como referencia a esta ultima principalmente, en cerámica , administración , organización , etc. Pero la arquitectura cuenta con detalles únicos muy particulares que no fueron retomadas posteriormente.
*El Opeño puede ser considerado como el antecedente más antiguo de la tradición de las Tumbas de Tiro.
*El material de el Opeño se relaciona con los Olmecas, pues en el se encuentran estatuillas de figuras femeninas.
*La cerámica de este sitio consiste en cuencos sencillos y ollas pequeñas decoradas con pastillaje. Lo que mas fabricaban eran figurillas y vasijas funerarias.
su importancia
*La importancia arqueológica del Opeño se debe a la antigüedad de esta zona y a la influencia que tubo sobre otras culturas tal es el caso de la Capacha y Chupicuaro.
Muchas culturas que se establecieron tiempo después a la del Opeño tomaron como referencia a esta ultima principalmente, en cerámica , administración , organización , etc. Pero la arquitectura cuenta con detalles únicos muy particulares que no fueron retomadas posteriormente.
lunes, 15 de septiembre de 2014
el opeño
arquitectura
La arquitectura de El Opeño, como se ha señalado anteriormente, cuenta con características muy particulares que no fueron retomadas en las necrópolis más tardías de Jalisco, Colima y Nayarit. Es importante señalar que la arquitectura funeraria, con características similares o divergentes, fue practicada por los pueblos que vivieron en una amplia región de América continental, y en distintas épocas, en los tiempos anteriores a la llegada de los europeos. Esta región se extiende desde el llamado Occidente de Mesoamérica hasta el norte de Perú, siguiendo la costa del Océano Pacífico. La continuidad geográfica y temporal de estas prácticas requiere de análisis más profundos que permitan comprender mejor los vínculos entre estos pueblos.
El Opeño está constituido por un conjunto funerario que suele ser incluido en la tradición de las tumbas de tiro, que se difundió por gran parte del Occidente de Mesoamérica, sobre el territorio de lo que actualmente constituyen los estados de Jalisco, Colima, Nayarit y Michoacán. Los entierros de El Opeño, como los del resto de las zonas donde se han encontrado materiales de la Tradición de las tumbas de tiro
Cuenta con características muy particulares que no fueron retomadas. Es importante señalar que la arquitectura funeraria, con características similares o divergentes, fue practicada por los pueblos que vivieron en una amplia región de América continental, y en distintas épocas, en los tiempos anteriores a la llegada de los europeos.
El Opeño no se ha encontrado ningún resto material de las poblaciones de los constructores de las tumbas. Esto motivó que se les representara como un pueblo que se encontraba en la transición hacia el sedentarismo agrícola que caracterizó a las sociedades urbanas de Mesoamérica en el Preclásico Medio. Sin embargo, el análisis de los materiales arqueológicos encontrados muestra que los constructores de las tumbas de El Opeño fueron miembros de un pueblo claramente sedentario.
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